El comercio local valenciano
El textil y las librerías: los sectores más afectados
![[Img #3876]](http://elsubmarino.periodismodigital.es/upload/images/06_2022/5928_def_2.jpg)
Según la entidad [Confecomerç], el sector más afectado por la pandemia dentro del pequeño comercio ha sido el dedicado al textil. Verónica, trabajadora de Kinnara, tienda de ropa situada en la Plaza del Conde de Buñol (junto a la calle Quart), interpreta que esto se debe a que después del confinamiento vinieron muchos meses en que las personas no querían (ni, en ciertas temporadas, podían) salir. Afirma que ahora se están recuperando las ganas de socializar y, por tanto, de renovar el armario, pero que aún así no se han recuperado los niveles de facturación previos a la pandemia. “Antes, podríamos facturar entre 1.000 y 1.500 euros al día; ahora estamos en 600”, explica.
El mismo fenómeno lo han notado en la tienda Manay, situada en la calle Àngel Guimerà. Su trabajadora Rosa lo interpreta afirmando que a muchas personas la pandemia les pilló sin ahorros, de modo que ahora preocuparse por la ropa y la apariencia física es “lo último”.
En ambos casos, Kinnara y Manay, antes de la pandemia tenían dos y tres tiendas respectivamente en Valencia, pero a causa de esta tuvieron que reducir el negocio a un solo local.
En el sector de las librerías, a pesar de que muchas, como El Cresol, situada en Patraix, hacen envíos de libros a domicilio, la llegada de los e-books y la disponibilidad de versiones de libros en Internet constituye una competencia difícilmente compensable. Las cifras generales de España muestran que la facturación de libros de bolsillo descendió un 53,72% entre 2008 y 2016. Además, en el mismo período, el número de librerías físicas descendió de 4.336 a 3.967 establecimientos. Son datos del informe El sector del libro en España, elaborado por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte en 2018.
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Según la entidad [Confecomerç], el sector más afectado por la pandemia dentro del pequeño comercio ha sido el dedicado al textil. Verónica, trabajadora de Kinnara, tienda de ropa situada en la Plaza del Conde de Buñol (junto a la calle Quart), interpreta que esto se debe a que después del confinamiento vinieron muchos meses en que las personas no querían (ni, en ciertas temporadas, podían) salir. Afirma que ahora se están recuperando las ganas de socializar y, por tanto, de renovar el armario, pero que aún así no se han recuperado los niveles de facturación previos a la pandemia. “Antes, podríamos facturar entre 1.000 y 1.500 euros al día; ahora estamos en 600”, explica.
El mismo fenómeno lo han notado en la tienda Manay, situada en la calle Àngel Guimerà. Su trabajadora Rosa lo interpreta afirmando que a muchas personas la pandemia les pilló sin ahorros, de modo que ahora preocuparse por la ropa y la apariencia física es “lo último”.
En ambos casos, Kinnara y Manay, antes de la pandemia tenían dos y tres tiendas respectivamente en Valencia, pero a causa de esta tuvieron que reducir el negocio a un solo local.
En el sector de las librerías, a pesar de que muchas, como El Cresol, situada en Patraix, hacen envíos de libros a domicilio, la llegada de los e-books y la disponibilidad de versiones de libros en Internet constituye una competencia difícilmente compensable. Las cifras generales de España muestran que la facturación de libros de bolsillo descendió un 53,72% entre 2008 y 2016. Además, en el mismo período, el número de librerías físicas descendió de 4.336 a 3.967 establecimientos. Son datos del informe El sector del libro en España, elaborado por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte en 2018.
