Cinco diferencias entre el traje de fallera tradicional y el no tradicional
Las tendencias posteriores desvirtúan el concepto de la indumentaria del siglo XVIII
El traje de fallera tradicional recoge las influencias de la moda femenina de la mujer en el siglo XVIII, que se complementa con el uso de peinetas y agujas de tocado de metal dorado, además de pendientes y un collar de bisutería.
En el Reglamento fallero, publicado en el Boletín Oficial de la Provincia de Valencia, se establece que las Comisiones Falleras deben velar porque en los eventos oficiales de las Fallas “se utilice la indumentaria fallera y valenciana tradicional”. La fallera mayor, por ejemplo, debe seguir los patrones que se establecen en esta normativa. La tendencia de innovar en la moda también repercute en la indumentaria fallera y uno de los errores comunes que se perciben en las calles de Valencia durante las fallas es intentar hacer evolucionar esta moda tradicional con tendencias actuales o posteriores a la época. ![[Img #4549]](http://elsubmarino.periodismodigital.es/upload/images/05_2024/479_fallera-definitivo-xviii.png)
Es necesario tener cuidado a la hora de confeccionar un traje de valenciana si la intención es realizarlo siendo fiel a la estética tradicional del siglo XVIII. Se emplea esta representación de la indumentaria de esta época porque fue el de máximo esplendor valenciano en cuanto a gremios e industria de la seda en la región. Por ello, conviene distinguir las principales diferencias que hay entre los trajes que defienden el estilo tradicional frente a aquellos a los que se han incorporado modificaciones.
- La fusión de épocas en un mismo traje desvirtúa su condición de "Traje valenciano tradicional".
- El patronaje de un siglo XVIII no tradicional es un patronaje básico de un sistema Martí, que se puede utilizar tanto para elaborar un vestido de fiesta como para utilizarlo en un corpiño de fallera. El patronaje tradicional no sigue un sistema, sino que se enseña en Valencia, como por ejemplo en el Gremio de Sastres y Modistas de la Comunidad Valenciana.
- Realizar un patrón para cada figura permite potenciar y realzar los aspectos que convenga según el tipo de cuerpo sobre el que se vaya a realizar.
- Los trajes que conforman la indumentaria del siglo XIX realmente plasman las modas que se fueron incorporando ya que las mangas pasan a ser hasta el codo a unas más cortas y de farolillo que se incorporan en el corpiño.
- El largo de las faldas de la época del siglo XVIII llega hasta el tobillo, dejando enseñar el pie. Sin embargo, en bastantes ocasiones las falleras llevan el traje a escasos centímetros del suelo.
Para finalizar, es fundamental acompañar al traje de valenciana con un único moño y cabe destacar que la raya al lado con onda se puso de moda en los años XX.
En el Reglamento fallero, publicado en el Boletín Oficial de la Provincia de Valencia, se establece que las Comisiones Falleras deben velar porque en los eventos oficiales de las Fallas “se utilice la indumentaria fallera y valenciana tradicional”. La fallera mayor, por ejemplo, debe seguir los patrones que se establecen en esta normativa. La tendencia de innovar en la moda también repercute en la indumentaria fallera y uno de los errores comunes que se perciben en las calles de Valencia durante las fallas es intentar hacer evolucionar esta moda tradicional con tendencias actuales o posteriores a la época.
Es necesario tener cuidado a la hora de confeccionar un traje de valenciana si la intención es realizarlo siendo fiel a la estética tradicional del siglo XVIII. Se emplea esta representación de la indumentaria de esta época porque fue el de máximo esplendor valenciano en cuanto a gremios e industria de la seda en la región. Por ello, conviene distinguir las principales diferencias que hay entre los trajes que defienden el estilo tradicional frente a aquellos a los que se han incorporado modificaciones.
- La fusión de épocas en un mismo traje desvirtúa su condición de "Traje valenciano tradicional".
- El patronaje de un siglo XVIII no tradicional es un patronaje básico de un sistema Martí, que se puede utilizar tanto para elaborar un vestido de fiesta como para utilizarlo en un corpiño de fallera. El patronaje tradicional no sigue un sistema, sino que se enseña en Valencia, como por ejemplo en el Gremio de Sastres y Modistas de la Comunidad Valenciana.
- Realizar un patrón para cada figura permite potenciar y realzar los aspectos que convenga según el tipo de cuerpo sobre el que se vaya a realizar.
- Los trajes que conforman la indumentaria del siglo XIX realmente plasman las modas que se fueron incorporando ya que las mangas pasan a ser hasta el codo a unas más cortas y de farolillo que se incorporan en el corpiño.
- El largo de las faldas de la época del siglo XVIII llega hasta el tobillo, dejando enseñar el pie. Sin embargo, en bastantes ocasiones las falleras llevan el traje a escasos centímetros del suelo.
Para finalizar, es fundamental acompañar al traje de valenciana con un único moño y cabe destacar que la raya al lado con onda se puso de moda en los años XX.
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