La responsabilidad social de los 'influencers': Más allá de los 'likes' y los 'shares'
La presión de ser un modelo a seguir en la era digital: desafíos y expectativas frente a una audiencia en crecimiento
En la era digital, los influencers han emergido como una fuerza poderosa en la modelación de opiniones, comportamientos y tendencias. Con millones de seguidores atentos a cada una de sus publicaciones, estas figuras públicas poseen una influencia que anteriormente solo estaban al alcance de los medios tradicionales. Sin embargo, este poder conlleva una responsabilidad social significativa que muchos argumentan, debe ser manejada con cuidado y ética.
Los influencers abarcan una amplia gama de nichos, desde moda y belleza hasta tecnología, viajes y bienestar. Esta diversidad les permite tocar aspectos variados de la vida de sus seguidores, quienes a menudo consideran sus recomendaciones como auténticas y confiables.
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"Cuando un influencer recomienda un producto o adopta una postura sobre un tema, sus seguidores lo ven como un amigo que comparte un consejo, no como una campaña publicitaria," explica Nuria Jordà, influencer y divulgadora de enfermedades raras en redes sociales. "Esta relación de confianza es lo que hace que la influencia sea tan poderosa y, a su vez, tan delicada”, comenta.
Más allá de promover productos, los influencers tienen la capacidad de impactar de manera significativa en la sociedad. Ejemplos recientes incluyen campañas para el bienestar mental, movimientos sociales como Black Lives Matter y esfuerzos de concienciación sobre el cambio climático. En estos casos, los influencers han utilizado su plataforma para promover causas importantes y generar un cambio positivo.
“Creo que tenemos tanto la responsabilidad como la oportunidad de generar pensamientos en los jóvenes y que internet es la forma más fácil de entrar a las generaciones más pequeñas. En mi caso siempre intento llevar mucho cuidado con todo lo que publico para que no puedan imitar al 100% cosas que hago. Por ejemplo, si subo un vídeo diciendo que ayer solo comí yogur y no explico nada más ellos pueden tomar el mensaje como: no hay que comer; la realidad es que ayer solo comí yogur porque estaba mal de la tripa y era lo único que podía comer… Hay que tener mucho ojo con todo lo que se escribe y publica”, explica Nuria.
"El impacto de los influencers en causas sociales es incuestionable," afirma Paula Mínguez, socióloga e investigadora en la conselleria de Sanidad. "Cuando figuras populares se pronuncian sobre temas importantes, no sólo amplifican el mensaje, sino que también legitiman la causa ante sus seguidores." Sin embargo, con el poder de influir viene la responsabilidad de hacerlo con integridad y conciencia. Uno de los principales desafíos es la desinformación. Durante la pandemia de COVID-19, algunos influencers difundieron teorías conspirativas y consejos médicos incorrectos, lo que exacerbó la confusión y el miedo.
"Los influencers deben ser conscientes de la información que comparten y sus posibles consecuencias," advierte Emilio García, quien ha estudiado el mundo de las redes sociales y su relación con el aumento de las operaciones estéticas. "La difusión de información errónea puede tener consecuencias graves, especialmente cuando se trata de temas de salud".
Además, el consumo ostentoso y la promoción de estilos de vida poco realistas pueden tener efectos negativos en la autoestima y el bienestar de los seguidores, especialmente entre los jóvenes. El contenido filtrado y cuidadosamente curado puede llevar a una percepción distorsionada de la realidad. “Los influencers tienen que ser conscientes de la cantidad de seguidores que tienen y de su edad a la hora de publicitar una marca. Hay que pensar que puede tener algún efecto en su desarrollo o le está generado una inquietud y una preocupación y no solo ser consciente de la legalidad del producto”, añade García.
"Se necesita un marco ético claro para los influencers"
A medida que la influencia de estos individuos crece, también lo hace el debate sobre la necesidad de regulaciones más estrictas. En algunos países, las leyes ya exigen que los influencers revelen cuando una publicación es patrocinada, pero muchos argumentan que esto no es suficiente. "Se necesita un marco ético claro para los influencers", sostiene García. "Esto incluye no solo la transparencia en las promociones pagadas, sino también la responsabilidad de verificar la información antes de compartirla y la obligación de no promover productos o comportamientos dañinos".
Algunos creadores de contenido también están de acuerdo con la regulación de la publicidad en internet, como Dani Cross conocido en redes como “The Manual Boy” a quien “le parece bien porque la publicidad encubierta ya de por sí es ilegal y porque de esa forma se ve quien sabe vender un producto y quien manipula a la gente vendiendo productos para lucrarse ellos".
A pesar de los desafíos, hay numerosos ejemplos de influencers que han asumido esta responsabilidad de manera ejemplar. Greta Thunberg, aunque conocida principalmente como activista, utiliza las redes sociales de manera similar a un influencer, movilizando a millones de jóvenes en todo el mundo para luchar contra el cambio climático. Su enfoque en la verdad, la ciencia y la acción ha sido un faro de responsabilidad social.
La influencia de los influencers es un fenómeno moderno con raíces profundas en la naturaleza humana de seguir a líderes y modelos a seguir. Sin embargo, en la era digital, esta influencia está amplificada como nunca antes. Con este poder viene una responsabilidad inmensa de actuar con integridad, veracidad y consideración por el bienestar de sus seguidores. "Los influencers tienen el potencial de ser una fuerza increíblemente positiva”, concluye García. "Pero deben ser conscientes de su poder y la responsabilidad que conlleva, actuando siempre con ética y compasión."
A medida que navegamos en este nuevo paisaje mediático, es vital que tanto los influencers como sus seguidores cultiven un sentido crítico y un compromiso con la verdad y la responsabilidad social. El verdadero valor de un influencer no se mide en "likes" o "shares", sino en el impacto positivo que tiene en la vida de las personas.
En la era digital, los influencers han emergido como una fuerza poderosa en la modelación de opiniones, comportamientos y tendencias. Con millones de seguidores atentos a cada una de sus publicaciones, estas figuras públicas poseen una influencia que anteriormente solo estaban al alcance de los medios tradicionales. Sin embargo, este poder conlleva una responsabilidad social significativa que muchos argumentan, debe ser manejada con cuidado y ética.
Los influencers abarcan una amplia gama de nichos, desde moda y belleza hasta tecnología, viajes y bienestar. Esta diversidad les permite tocar aspectos variados de la vida de sus seguidores, quienes a menudo consideran sus recomendaciones como auténticas y confiables.
"Cuando un influencer recomienda un producto o adopta una postura sobre un tema, sus seguidores lo ven como un amigo que comparte un consejo, no como una campaña publicitaria," explica Nuria Jordà, influencer y divulgadora de enfermedades raras en redes sociales. "Esta relación de confianza es lo que hace que la influencia sea tan poderosa y, a su vez, tan delicada”, comenta.
Más allá de promover productos, los influencers tienen la capacidad de impactar de manera significativa en la sociedad. Ejemplos recientes incluyen campañas para el bienestar mental, movimientos sociales como Black Lives Matter y esfuerzos de concienciación sobre el cambio climático. En estos casos, los influencers han utilizado su plataforma para promover causas importantes y generar un cambio positivo.
“Creo que tenemos tanto la responsabilidad como la oportunidad de generar pensamientos en los jóvenes y que internet es la forma más fácil de entrar a las generaciones más pequeñas. En mi caso siempre intento llevar mucho cuidado con todo lo que publico para que no puedan imitar al 100% cosas que hago. Por ejemplo, si subo un vídeo diciendo que ayer solo comí yogur y no explico nada más ellos pueden tomar el mensaje como: no hay que comer; la realidad es que ayer solo comí yogur porque estaba mal de la tripa y era lo único que podía comer… Hay que tener mucho ojo con todo lo que se escribe y publica”, explica Nuria.
"El impacto de los influencers en causas sociales es incuestionable," afirma Paula Mínguez, socióloga e investigadora en la conselleria de Sanidad. "Cuando figuras populares se pronuncian sobre temas importantes, no sólo amplifican el mensaje, sino que también legitiman la causa ante sus seguidores." Sin embargo, con el poder de influir viene la responsabilidad de hacerlo con integridad y conciencia. Uno de los principales desafíos es la desinformación. Durante la pandemia de COVID-19, algunos influencers difundieron teorías conspirativas y consejos médicos incorrectos, lo que exacerbó la confusión y el miedo.
"Los influencers deben ser conscientes de la información que comparten y sus posibles consecuencias," advierte Emilio García, quien ha estudiado el mundo de las redes sociales y su relación con el aumento de las operaciones estéticas. "La difusión de información errónea puede tener consecuencias graves, especialmente cuando se trata de temas de salud".
Además, el consumo ostentoso y la promoción de estilos de vida poco realistas pueden tener efectos negativos en la autoestima y el bienestar de los seguidores, especialmente entre los jóvenes. El contenido filtrado y cuidadosamente curado puede llevar a una percepción distorsionada de la realidad. “Los influencers tienen que ser conscientes de la cantidad de seguidores que tienen y de su edad a la hora de publicitar una marca. Hay que pensar que puede tener algún efecto en su desarrollo o le está generado una inquietud y una preocupación y no solo ser consciente de la legalidad del producto”, añade García.
"Se necesita un marco ético claro para los influencers"
A medida que la influencia de estos individuos crece, también lo hace el debate sobre la necesidad de regulaciones más estrictas. En algunos países, las leyes ya exigen que los influencers revelen cuando una publicación es patrocinada, pero muchos argumentan que esto no es suficiente. "Se necesita un marco ético claro para los influencers", sostiene García. "Esto incluye no solo la transparencia en las promociones pagadas, sino también la responsabilidad de verificar la información antes de compartirla y la obligación de no promover productos o comportamientos dañinos".
Algunos creadores de contenido también están de acuerdo con la regulación de la publicidad en internet, como Dani Cross conocido en redes como “The Manual Boy” a quien “le parece bien porque la publicidad encubierta ya de por sí es ilegal y porque de esa forma se ve quien sabe vender un producto y quien manipula a la gente vendiendo productos para lucrarse ellos".
A pesar de los desafíos, hay numerosos ejemplos de influencers que han asumido esta responsabilidad de manera ejemplar. Greta Thunberg, aunque conocida principalmente como activista, utiliza las redes sociales de manera similar a un influencer, movilizando a millones de jóvenes en todo el mundo para luchar contra el cambio climático. Su enfoque en la verdad, la ciencia y la acción ha sido un faro de responsabilidad social.
La influencia de los influencers es un fenómeno moderno con raíces profundas en la naturaleza humana de seguir a líderes y modelos a seguir. Sin embargo, en la era digital, esta influencia está amplificada como nunca antes. Con este poder viene una responsabilidad inmensa de actuar con integridad, veracidad y consideración por el bienestar de sus seguidores. "Los influencers tienen el potencial de ser una fuerza increíblemente positiva”, concluye García. "Pero deben ser conscientes de su poder y la responsabilidad que conlleva, actuando siempre con ética y compasión."
A medida que navegamos en este nuevo paisaje mediático, es vital que tanto los influencers como sus seguidores cultiven un sentido crítico y un compromiso con la verdad y la responsabilidad social. El verdadero valor de un influencer no se mide en "likes" o "shares", sino en el impacto positivo que tiene en la vida de las personas.
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