¿Cómo es vivir diariamente y en primera persona la inflación?
La inflación no solo asfixia a los más vulnerables, sino también a las clases medias, un ejemplo de ello es de Yolanda Mayordomo, madre de dos hijos de 9 y 17 años que afirma “gracias a que tengo un trabajo no estamos en situación vulnerable ni mucho menos, pero al final todo suma y los precios nos acaban asfixiando a todos en mayor o menor medida. Por ejemplo si antes gastaba una media de 300 euros en el supermercado ahora son 400 y evidentemente esto repercute en el ocio que se acaba reduciendo para poder hacer frente a todo”.

También los jóvenes sufren las consecuencias de este desequilibrio económico, especialmente a la hora de independizarse “resulta una utopía irse a vivir solo con mi edad, sino acabas en zonas a las afueras y compartiendo piso a pesar de tener un contrato de trabajo. No es lícito que los jóvenes no nos podamos permitir independizarnos al acabar de estudiar por sueldos precarios y alquileres inaccesibles” cuenta Alex de 27 años. El joven ha notado la escalada de los precios en los alimentos, especialmente “en productos básicos que no son lujo, como la carne, huevos o la fruta y la verdura que está prohibitiva”. De este modo considera que “al final siempre lo pagamos los mismos y las ayudas que se dan no se aplican a toda la población”.
Para combatir dicho fenómeno, el economista Miquel Boix, propone "medidas para dotar de liquidez al mercado como lo que se está haciendo con los fondos Next Generation y asegurar la igualdad de oportunidades en toda la sociedad”.

La inflación no solo asfixia a los más vulnerables, sino también a las clases medias, un ejemplo de ello es de Yolanda Mayordomo, madre de dos hijos de 9 y 17 años que afirma “gracias a que tengo un trabajo no estamos en situación vulnerable ni mucho menos, pero al final todo suma y los precios nos acaban asfixiando a todos en mayor o menor medida. Por ejemplo si antes gastaba una media de 300 euros en el supermercado ahora son 400 y evidentemente esto repercute en el ocio que se acaba reduciendo para poder hacer frente a todo”.
También los jóvenes sufren las consecuencias de este desequilibrio económico, especialmente a la hora de independizarse “resulta una utopía irse a vivir solo con mi edad, sino acabas en zonas a las afueras y compartiendo piso a pesar de tener un contrato de trabajo. No es lícito que los jóvenes no nos podamos permitir independizarnos al acabar de estudiar por sueldos precarios y alquileres inaccesibles” cuenta Alex de 27 años. El joven ha notado la escalada de los precios en los alimentos, especialmente “en productos básicos que no son lujo, como la carne, huevos o la fruta y la verdura que está prohibitiva”. De este modo considera que “al final siempre lo pagamos los mismos y las ayudas que se dan no se aplican a toda la población”.
Para combatir dicho fenómeno, el economista Miquel Boix, propone "medidas para dotar de liquidez al mercado como lo que se está haciendo con los fondos Next Generation y asegurar la igualdad de oportunidades en toda la sociedad”.