COVID-19
Las diferencias en el deporte, acentuadas por el COVID-19
La crisis sanitaria ha obligado a suspender y posponer competiciones deportivas de cualquier índole y magnitud en todo el mundo
La pandemia no solo ha generado una crisis sanitaria mundial, sino que ha afectado a todos los sectores tanto económicos como sociales, incluso deportivos. En este ámbito, los eventos de carácter profesional y amateur han tomado un giro radical en sus planes en todo el mundo. Los Juegos Olímpicos de Tokio se han visto obligados a posponerse hasta 2021, el Tour de Francia se disputará en septiembre y muchas ligas de fútbol profesional se han dado por finalizadas. Se trata de una situación nueva, excepcional, que no ha influido de la misma manera en el campo femenino que en el masculino.
En España, en el caso del fútbol, ya hay fecha de vuelta para las competiciones masculinas, mientras que las ligas femeninas han sido declaradas concluidas. Una problemática que no es sorprendente si tenemos en cuenta los antecedentes del deporte femenino en nuestro país.
Los equipos masculinos de las principales ligas de fútbol tienen estatus de profesional, mientras que, en lo que se refiere a equipos femeninos, no están reconocidos como tal. La “Primera Iberdrola”, la primera división femenina, que sería la equivalente a la “Liga Santander”, está clasificada como competición amateur. Ante esta falta de reconocimiento, los clubes femeninos ya han alzado la voz, pues, según informa el periódico digital iusport.com, han puesto en marcha un proyecto en aras de que, la próxima temporada, la mencionada “Primera Iberdrola” consiga ese estatus de profesional y deje de ser considerada una competición amateur.
¿Por qué está previsto que el fútbol masculino vuelva a la competición y no el femenino? Las causas económicas están detrás, según comenta el presidente de la “Liga Santander”, Javier Tebas, quien defendió en el programa de radio “Tiempo de Juego”, la vuelta a la competición de los equipos masculinos para paliar la pérdida de ingresos televisivos: “Qué pasa con los cerca de cien contratos audiovisuales que tenemos en todo el mundo. Si no retransmites la señal no vas a poder cobrar, eso está claro”.
En este sentido, como informa el periódico deportivo líder a nivel nacional, el diario Marca, entre el Real Madrid y el FC Barcelona ingresan anualmente 321 millones de euros: 166 el club catalán y 155 el club de la capital madrileña. Sin embargo, los eventos femeninos no generan ingresos televisivos, por lo que las pérdidas económicas derivadas de no retomar la competición no se han calculado.
La incertidumbre que ha generado la pandemia en las deportistas ha sobrepasado el terreno económico y ya no se limita a estas diferencias financieras o estructurales, sino que va más allá, hasta el ámbito psicológico.
Amanda Vandervor, consultora y miembro la comisión femenina de FIFPRO, la organización internacional de futbolistas, revela que el estudio llevado a cabo por la entidad entre el 22 de marzo y el 22 de abril ha demostrado que el doble de mujeres ha sufrido problemas mentales durante la pandemia debido a la incertidumbre que rodea el fútbol femenino y las competiciones.
![[Img #3609]](http://elsubmarino.periodismodigital.es/upload/images/05_2020/4982_0001-2.jpg)
Otro campo que se ha visto perjudicado por este parón obligado ha sido el ciclismo. Equipos como Astana, CCC y Bahrain-McLaren han anunciado recortes en los salarios que alcanzan el 70% en algunos casos. Además, CCC y Astana ven difícil su continuidad la próxima temporada: “El Astana desaparecerá el año que viene si no hay carreras”, lamenta el manager del equipo, Alexander Vinokourov.
A pesar de los problemas económicos que atraviesan los patrocinadores, gran parte de conjuntos masculinos tienen casi asegurada la supervivencia. No obstante, el escenario es completamente diferente si hablamos de equipos femeninos. Desde el Bigla-Katusha explican en un comunicado que Bigla, su patrocinador principal, les remitió el pasado abril una carta “solicitando retirar el 100% de sus pagos al equipo” y el segundo patrocinador, Katusha, tampoco se puede “comprometer a mantener su apoyo financiero habitual”, por lo que aseguran que “el futuro del equipo está en el aire”.
Como respuesta, el conjunto danés ha puesto en marcha una campaña de crowdfunding, aunque, por el momento, las ciclistas del equipo danés tienen asegurado sus salarios mientras se disponga de dinero suficiente en la garantía bancaria que la UCI obliga a depositar al principio de la temporada a todos los equipos profesionales para poder hacer frente a situaciones de impagos.
A lo largo de la historia, la diferencia entre el deporte masculino y femenino ha sido indudable. No fue hasta el año 1967 cuando una joven estudiante de periodismo corrió por primera vez de manera oficial el maratón de Boston, entre empujones de los hombres que despreciaban la participación en aquel momento de las mujeres en la competición. Poco más de 50 años después, vivimos en una sociedad plena de derechos independientemente del sexo, en la que todavía queda camino por recorrer.

En España, en el caso del fútbol, ya hay fecha de vuelta para las competiciones masculinas, mientras que las ligas femeninas han sido declaradas concluidas. Una problemática que no es sorprendente si tenemos en cuenta los antecedentes del deporte femenino en nuestro país.
Los equipos masculinos de las principales ligas de fútbol tienen estatus de profesional, mientras que, en lo que se refiere a equipos femeninos, no están reconocidos como tal. La “Primera Iberdrola”, la primera división femenina, que sería la equivalente a la “Liga Santander”, está clasificada como competición amateur. Ante esta falta de reconocimiento, los clubes femeninos ya han alzado la voz, pues, según informa el periódico digital iusport.com, han puesto en marcha un proyecto en aras de que, la próxima temporada, la mencionada “Primera Iberdrola” consiga ese estatus de profesional y deje de ser considerada una competición amateur.
¿Por qué está previsto que el fútbol masculino vuelva a la competición y no el femenino? Las causas económicas están detrás, según comenta el presidente de la “Liga Santander”, Javier Tebas, quien defendió en el programa de radio “Tiempo de Juego”, la vuelta a la competición de los equipos masculinos para paliar la pérdida de ingresos televisivos: “Qué pasa con los cerca de cien contratos audiovisuales que tenemos en todo el mundo. Si no retransmites la señal no vas a poder cobrar, eso está claro”.
En este sentido, como informa el periódico deportivo líder a nivel nacional, el diario Marca, entre el Real Madrid y el FC Barcelona ingresan anualmente 321 millones de euros: 166 el club catalán y 155 el club de la capital madrileña. Sin embargo, los eventos femeninos no generan ingresos televisivos, por lo que las pérdidas económicas derivadas de no retomar la competición no se han calculado.
La incertidumbre que ha generado la pandemia en las deportistas ha sobrepasado el terreno económico y ya no se limita a estas diferencias financieras o estructurales, sino que va más allá, hasta el ámbito psicológico.
Amanda Vandervor, consultora y miembro la comisión femenina de FIFPRO, la organización internacional de futbolistas, revela que el estudio llevado a cabo por la entidad entre el 22 de marzo y el 22 de abril ha demostrado que el doble de mujeres ha sufrido problemas mentales durante la pandemia debido a la incertidumbre que rodea el fútbol femenino y las competiciones.
Otro campo que se ha visto perjudicado por este parón obligado ha sido el ciclismo. Equipos como Astana, CCC y Bahrain-McLaren han anunciado recortes en los salarios que alcanzan el 70% en algunos casos. Además, CCC y Astana ven difícil su continuidad la próxima temporada: “El Astana desaparecerá el año que viene si no hay carreras”, lamenta el manager del equipo, Alexander Vinokourov.
A pesar de los problemas económicos que atraviesan los patrocinadores, gran parte de conjuntos masculinos tienen casi asegurada la supervivencia. No obstante, el escenario es completamente diferente si hablamos de equipos femeninos. Desde el Bigla-Katusha explican en un comunicado que Bigla, su patrocinador principal, les remitió el pasado abril una carta “solicitando retirar el 100% de sus pagos al equipo” y el segundo patrocinador, Katusha, tampoco se puede “comprometer a mantener su apoyo financiero habitual”, por lo que aseguran que “el futuro del equipo está en el aire”.
Como respuesta, el conjunto danés ha puesto en marcha una campaña de crowdfunding, aunque, por el momento, las ciclistas del equipo danés tienen asegurado sus salarios mientras se disponga de dinero suficiente en la garantía bancaria que la UCI obliga a depositar al principio de la temporada a todos los equipos profesionales para poder hacer frente a situaciones de impagos.
A lo largo de la historia, la diferencia entre el deporte masculino y femenino ha sido indudable. No fue hasta el año 1967 cuando una joven estudiante de periodismo corrió por primera vez de manera oficial el maratón de Boston, entre empujones de los hombres que despreciaban la participación en aquel momento de las mujeres en la competición. Poco más de 50 años después, vivimos en una sociedad plena de derechos independientemente del sexo, en la que todavía queda camino por recorrer.