¿Está en peligro nuestra salud?

La manicura, un arma de doble filo

“Los disruptores endocrinos son sustancias químicas capaces de imitar la acción de nuestras hormonas naturales, además pueden bloquear los receptores hormonales de las células, de forma que impiden la acción normal de estas, esto provoca una disrupción (alteración) en el sistema endocrino”, comenta el Dr. Salvador Comes, médico de familia. Estas sus- tancias no siguen un patrón común de dosis-respuesta, por lo que exposiciones pequeñas como pueden ser tóxicos que se encuentren en los esmaltes de uñas, pueden provocar este tipo de alteraciones. No existe un consenso a nivel europeo sobre la regulación de estos químicos y están en el punto de mira estos últimos años por la presión de la industria. La Comisión Europea las ha reconocido como sustancias potencialmente peligrosas para la salud y ha pedido un exhaustivo estudio para regularlas en los próximos años y minimizar la exposición humana, comenta Alicia Abellán, investigadora predoctoral, para el Instituto de Salud Global de Barcelona.  “Se están detectando en adolescentes cambios metabólicos con un aumento de la obesidad, alteración en el ciclo menstrual, asma y un incremento de las alergias”, añade el Dr. Comes.

 

 

Son tres las sustancias utilizadas en algunos salones de manicura que poseen un efecto disruptor mayor, el formaldehído, el tolueno y el alcanfor, además de otros químicos que provocan alteraciones en las uñas y alergias. Pero no solo nos enfrentamos con los químicos sino también con la destreza y la técnica empleada en los salones por manicuristas sin experiencia, “en los últimos años he atendido consultas de uñas completamente deformadas, con hongos, ampollas, alteraciones en el crecimiento de la uña, verdaderas masacres que cuestan muchos meses de solucionar”, comenta la Dra. Concepción Capella, dermatóloga.

 

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Por ello, es importante elegir un salón de manicura que ofrezca calidad y destreza en la técnica y garantía en la utilización de esmaltes y productos libres de sustancias tóxicas. “Fui a un centro en el que ofrecían una oferta en manicura de porcelana y me quemaron las uñas utilizando el torno, además de provocarme una reacción alérgica que acabó levantando la uña de la piel. Me hicieron tanto daño que hace casi un año de esto y aún tengo las uñas bastante frágiles”, declara Paloma Garrido, víctima de un engaño por una oferta de manicura de porcelana en un centro no homologado. A los tres días acudió a otro salón para que le quitaran la manicura, ya que alrededor de algunas uñas, le habían salido ampollas y tenía mucho dolor. Al poco tiempo de esto, pidió cita en una consulta de dermatología para intentar recuperar el crecimiento normal de las uñas, algunas las perdió y hoy, casi un año después, sigue con alteraciones.

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